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REFLEX PODAL

      La reflexología podal es una forma más de masaje, aunque se atiene a particularidades muy específicas; su aplicación se  concentra en zonas muy concretas del cuerpo, como pueden ser los pies, las manos, el rostro, la columna vertebral, etc. El masaje reflexológico se efectúa en puntos o partes delimitadas de estas zonas con el fin de conseguir, gracias a sus efectos  neurosedantes, el equilibrio y la armonía funcional entre el cuerpo físico y el cuerpo energético. Resultando ser una técnica muy eficaz. Mediante la técnica reflexológica se estimulan y favorecen las capacidades sanadora y regeneradora,  innatas en todo ser humano, para utilizarlas en la prevención de la enfermedad y el mantenimiento de su salud. En la actualidad, la aplicación de la reflexología por numerosos profesionales cualificados ha hecho posible que se la considere un  medio terapéutico “alternativo” o complementario, llamado también reflexoterápia.

      Mediante la reflexología favorecemos el funcionamiento de ese complejo sistema de relaciones gracias al cual todo estímulo va seguido  por una reacción orgánica. El mantenimiento de la armonía en el cuerpo sólo es posible si la comunicación entre órganos, la circulación sanguínea y la corriente energética o vital se realiza libremente, sin obstáculos. Esa  energía o fuerza vital impregna cada célula, cada tejido, y recorre el organismo desde la periferia hasta las zonas profundas, siguiendo unas trayectorias concretas sobre las que se puede actuar. Al mismo tiempo que se estimulan físicamente las  zonas reflejas se realiza un trabajo progresivo de positivación de la mente, que se concretará en una gran fuerza de energía transformadora del estado de los órganos. Lo que es nuevo y distinto en el principio básico de esta terapia es  que pone en movimiento la capacidad de la persona para cambiar lo que tiene en su interior, proceso constante de verdadera transformación, que puede llegar a influir en la misma estructura genética. Con todo este proceso, la reflexología hace  posible que la energía de la propia persona regule las disfunciones o bloqueos que en algún momento dado han desencadenado una dolencia.


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